Gracias por leer mi anterior artículo.
Hace unos días hablaba con mi amigo Daniel, también conocido por su alter ego Smarlack, o dicho de otro modo, el cabronazo que descuajarringó a mi mentor, el Lord Inquisidor Diego Jiménez de Cisneros, y a quien le debo mi alianza con Malal. Mi versión novelada también la podéis leer aquí. El caso es que nos lamentábamos (con una sonrisa, eso sí) al imaginar los quebraderos de cabeza que deben tener ahora mismo los jugadores habituales del 40K, y ambos estamos de acuerdo en que nadie en Games Workshop ha ensayado bien cómo congraciar el “Escalation” con el juego de siempre. También he leído en otros foros unas cuantas declaraciones de principios e incluso arengas en toda regla, animando a la gente a jugar y exponer sus propias experiencias.
Y aquí fue cuando comenzamos a reírnos.
Bien, vale, en serio, si alguien quiere ahorrar tiempo y dinero, y sobre todo unos cuantos disgustos, ahí van unos cuantos consejos, que ni siquiera son predicción, sino pura experiencia: No se puede jugar a “miniapocalipsis”, y quien quiera jugar a Warhammer 40000 usando esos nuevos complementos está perdido. Es más, el Warhammer 40000 “clásico” ha muerto. O al menos eso es lo que ha querido hacer Games Workshop, pensando más en lo económico a corto plazo que en el juego a largo plazo.
NO se puede meter un baneblade en una batalla a 2.000 puntos. Y eso es extensivo a cualquier máquina de guerra con un coste superior a los 500 puntos (¡Sangre de Malal, pero si todas andan por ahí!). Y la explicación a esto es tan sencilla como obvia: Si permites que te revienten a cañonazos un trasto de estos, que supone nada menos que la cuarta parte de tu ejército, estás perdido. El resto de tu ejército quedará en una evidente situación de inferioridad de la que malamente vas a poder recuperarte. Jugarás el resto de la batalla en un esfuerzo por remontar, y a sabiendas de que lo tienes más crudo que un tau en cuerpo a cuerpo con Angrath. El modo de no permitir que revienten tu máquina de guerra es poniendo una pantalla de infantería por delante y detrás (e incluso costados), de tal modo que los desharrapados que quieran trabarla en cuerpo a cuerpo van a ser convenientemente limpiados. Porque no te olvides de eso: los warhound se quedan pillados en cuerpo a cuerpo como un vulgar dread, y tu oponente va a intentar que tus 720 flamantes puntos no peguen ni un tiro. Lo que significa que tendrás que invertir entre los 300 y 500 puntos más en infantería disuasoria, y más o menos cerca del megabicho en cuestión.
Pero incluso así, no habrás resuelto el problema: si el enemigo insiste en concentrar su fuego sobre tu joya de la corona, suele pasar que acaba reventando a lo bestia, y convirtiendo tu corona en un amasijo de hojalata y cenizas. Y si todo se quedara en eso pues no pasaría nada, pero es que ahora cuando una máquina de guerra peta mete un plantillazo de esos de “pizza tamaño familiar”, llevándose por delante cualquier otro vehículo, infantería, la novia, la cartera, y los donuts. Vamos, que lo mismo ni tienes que desplegar en el segundo turno. Y no es ya lo que puedas perder en la explosión, sino la jugabilidad que te queda en un ejército donde un tercio de los puntos es una máquina de guerra a conservar, y un cuarta parte de los puntos están ahí, “a ver qué pasa y que no pase nadie”. Al final, te toca jugar “de verdad” con los restantes 800 puntos que te quedan. Mísera carne de cañón en un ejército de 2.000 puntos. ¿Y qué pasa si consideramos como estándar los 3.000 puntos de ejército, en vez de los 1.850 o 2.000 habituales? Pues pasa que precisamente es a partir de los 3.000 puntos cuando se considera que una partida es de Apocalipsis, o al menos así lo especifica en el reglamento de su primera edición.
Hay otra opción, que es la de eliminar todos esos añadidos que impersonalizan y trastocan el juego que todos conocemos. “Desoficializar” lo oficial… mmmm… es ahora cuando me gustaría escuchar esas monótonas voces con el típico “nononono, Forge World no es oficial, que si por las reglas desequilibradas, que si por las muchas ediciones de ejércitos, que si por…”
O mejor no, no quiero oírlas. Esa cantinela es ya aburrida aunque suene a chiste, porque si Fulano y Mengano se quejaban de los desequilibrios, aquí llevan dos tazas de eso: jamás hasta la fecha, jamás desde su primera edición del Rogue Trader con la que empecé a jugar, el Warhammer 40000 “clásico” ha estado tan desvirtuado, desequilibrado, y petado con códex, complementos a los códex, complementos a los complementos de los códex, y escenarios complementarios a todos los complementos. Una información que a muchos nos va costar asimilar para cualquier partidilla estándar de chichinabo. ¿Qué soy un Inquisidor radical? Oh, no, ahora me siento caperucita roja comparado con la peña que maneja los hilos desde Lenton, Nottingham.
El Warhammer 40000 que defienden a capa y espada esas personas no existe. Es una sombra de lo que conocimos años atrás. Las reglas actuales promocionan ejércitos imposibles, inconsistentes, incongruentes, impersonales, desequilibrados, y fantasiosos más allá de lo que el milenio cuadragesimoprimero permite. Si antes Games Workshop podía vender ríptides para los escasos ejércitos tau, ahora pretende venderlas como churros para todo tipo de ejércitos. Y quien dice ríptides dice cualquier otro invento. Las ventas de cualquier trasto “mataungüevo” se van a multiplicar, y así las ganancias para esta Compañía, aun a sabiendas de que están reventando el espíritu del juego y destripando la gallina de los huevos de oro.
Y hay aun gente bien pensada que sostiene que el juego ya no es tanto de Games Workshop sino de los jugadores, y estoy de acuerdo, sí. Pero ahora viene la sarta de preguntas de difícil respuesta: ¿Y qué quitar ahora para simplificarlo, para devolverle su esencia? ¿por qué quitar “Scalation” y no “Stronghold” también? ¿por qué eliminar la posibilidad de que los bicharracos tau puedan aparecer en las listas de cualquier ejército y no hacer lo mismo con esos tipejos de la Inquisición? ¿cómo discernir entre lo que interesa y lo que no, quien lo decide? ¿los jugadores, pero qué jugadores, los que juegan a qué?. Todo esto no hará más que fomentar la división entre jugadores, la organización de grupúsculos y pandillas distanciadas de otras por tal o cual criterio. Dentro de nada veremos cosas como “Federación Coruñesa de Jugadores de Warhammer 40.000”, limpiando reglas, aclarando conceptos, y pasando de las FAQ’s oficiales, porque uno ya no puede agarrarse a lo oficial a tenor de las últimas oficialidades, donde nos quieren convencer de la cuadratura del círculo, y que podemos hacer ejércitos chachiguais de la muerte que no valen un pimiento en torneos y ni tan siquiera en partidas pachangueras. Y tampoco valdrá una llamada general a la cordura, porque lo general suele palmar en cuanto el primero de los particulares dice que pasa de eso porque le impide meter tal o cual mini. Estoy convencido que dentro de la Federación Coruñesa aparecerán los disidentes, léase la “Liga de Cuarentaqueros de Villaberzas de Abajo” y “Hijos de Sanguinion Residentes en Pourriños”.
En serio, nunca había visto hasta la fecha un panorama así, tan caótico y confuso. Y no es que sea imposible ponerle remedio, pero va a exigir un esfuerzo enorme, y aun así habrá divisiones y disparidad de criterios.
Lo lamento muy especialmente por los cuarentaqueros clásicos, porque siento que los “apocalípticos” estamos de suerte. Toda esta información “nueva” no es tan nueva para nosotros. No aporta ni desmantela absolutamente nada del sistema de juego Apocalipsis. Toda esta permisividad actual ya existía para Apocalipsis solo que nosotros hace tiempo que pusimos cierto coto y orden para que no nos jorobara las partidas. Hicimos por nuestra cuenta lo que Games Workshop no quería hacer, o porque no le interesaba o porque prefería hincarle el diente al 40K clásico, como así ha sido. Ahora, los cuarentaqueros clásicos lo llevan crudo, sus partidas se han convertido en un miniapocalipsis insulso e imposible, y si quieren disfrutar de ellas no tendrán más remedio que elevar el listón y meterse de lleno en el Apocalipsis, o calentarse los cascos y comenzar a eliminar todas esas chorradas que desvirtúan el juego. Y eso segundo va a ser mucho más complicado que lo primero, os lo aseguro.
Pero no todo es tan malo. Después de tan agorero panorama, os sugiero una vacuna: echadle una lectura cuidadosa a este artículo y a este otro.
¿Y ahora, qué? ¿bienvenidos al club?.
El que quiera divertirse, el que quiera seguir dejando volar su imaginación, el que quiera vérselas con esos ejércitos que encarnan la quintaesencia del milenio siniestro, ya sabe lo que tiene que hacer.
Bienvenidos al club.
Khoubal Narkas
"¿Piensas que tu ejecución aquí te va a permitir una existencia gloriosa en el más allá, necio?. De momento me conformaré con eliminarte de aquí. En un futuro decidiré que hacer contigo cuando nos encontremos en el más allá." [Khoubal Narkas durante la ejecución del Gobernador rebelde Toharias]
Bienvenidos al Club de Apocalipsis, Narkas tiene mas razón que un Santo, para la gente que llevamos un tiempo jugando a Apocalipsis no es nada nuevo y no nos trastoca nada pero los jugadores de partidas normales de 1500/1850/2000 puntos se ven desde lejos unos nubarrones de tormenta que no le gustaría a nadie verlos encima suyo.
ResponderEliminarEsas partidas "clásicas" están más que muertas, Ronin. Y demasiado bien que lo sabes.
EliminarSacar una máquina de guerra es un arma de doble filo. Y ahora están legalizadas y más que legalizadas. La gente no sabe aun lo mucho que pueden desequilibrar una batalla.
estoy deacuerdo, el lio aqui es cuando se toman decisiones economicas, creo que se ha perdido el norte al poner el dinero sobre la escencia que es el juego su sistema y su equilibrio, eso es lo que hace que la gente compre lo que necesita y quiere, pero cuando se empieza el concepto, de quien la tiene mas grande creo que estamos en problema, pareciera que a gw le gustan los jugadores con poca imaginacion al final, ellos no son creyentes de que el dinero lo puede todo?, pues al final el negocio se coloco sobre el juego
ResponderEliminarTú lo has dicho. Cuando lo económico se antepone al juego, y éste último está al servicio de lo primero, entonces deja de ser un juego. Y los jugadores han de notarlo por fuerza.
EliminarY así está pasando...
Lo que yo me pregunto es por que os echais las manos a la cabeza por la posibilidad e que metan un baneblade y no por que metan una screamstar? el juego competitivo tenia problemas bastante mas graves mucho antes de estos suplementos. Para el juego no competitivo estos suplementos no representan ningun tipo de problema, al menos con la gente que conozco y suelo jugar. Habeis pensado que el problema quiza este en vuestros respectivos grupos de juego?
ResponderEliminarEn nuestro grupo no hay ningun problema. Es más, estas cosas no nos afectan para nada, ya que nosotros jugamos solo a Apocalipsis. Este artículo viene a advertir a aquellos que NO quieren jugar a Apoca y prefieren algo más sencillo, pero las actuales reglas del 40K lo "oficializan" para una partidilla convencional. Y no es lo mismo un Baneblade que una formación "screamstar". No revientan de la misma manera, no influyen del mismo modo en la mecánica y resultados de la batalla. Y por cierto, un shadowsord se merienda a Kairos y sus amiguitos de un solo cañonazo. Con un chasquido de dedos. Una partida de 40K de entre 2.000 y 3.000 puntos no es otra cosa que una competición a ver quien destruye primero la máquina de guerra del oponente. Quien haga eso tiene el 80% de la victoria en su mano. Lo que significa que los ejércitos van a girar en torno a las máquinas de guerra. Por los santos huesos de mi madre, te aseguro que un eldar con dos Revenant o un jugador con GI llevando un Warhound equipado con plasma y turbo láser, se zampan a Kairos y sus amiguitos en un solo turno antes de que el jugador demonio consiga enterarse de qué coño le está pasando a su ejército.
EliminarNo es que esto me desagrade. Pero lo que me llama la atención es que las máquinas de guerra y alianzas raras se hayan oficializado, y poco menos que obliguen a los jugadores a pactar y convenir entre ellos para poder jugar una partida "normal". ¿Que necesidad hay de ir por delante con un "no se permiten vehículos con más de 5PA ni alianzas fuera de contexto"?. Pues eso...
Es curioso cómo las partidas que deberían ser más simples (por su tamaño en puntos) pueden ser ahora de una complejidad tremenda, mientras que las grandes (con el sistema Apocalipsis) se juegan sin el menor problema.
el juego esta diseñado para jugar entre amigos, eso hace que todas las partidas sean pactadas.
Eliminarapocalipsis es para que metas todas las miniaturas que puedas y montes un "despiporre" meter maquinas de guerra no es exclusovo de apocalipsis, pues estas han existido mucho antes que saliese el primer apocalipsis (salieron en 3º para ser exactos)y las he jugado..
no se que idea teneis de que es el 40k, pero 40k no es jugar torneos.
40k
Gracias por opinar, Zebes. Estarás de acuerdo en que hay una gran cantidad de jugadores de 40K que le pegan mucho a los torneos. Algunos son auténticos profesionales de ello.
EliminarNo estoy de acuerdo en eso de que todas las partidas son pactadas. Lo único a pactar antes eran los puntos y la misión (y eso no es tanto un pacto sino un paso previo a cualquier partida. Ahora hay que pactar bobadas: aliados, aliados de los aliados, suplementos, Forgesí-Forgeno, y yo qué sé qué mas. Tanto si es para una pachanga como si es para un torneo.
Las máquinas de guerra salieron hace muchos años, sí, pero muy timidamente y para nada popularizadas. Yo me construí mi primer baneblade en tiempos de la 2ª edición. A veces, con el mecanismo de juego de entonces, resultaban muy difíciles de llevar y encajar en el propio juego. Pero Apocalipsis vino a dinamizar todo eso, y la verdad es que lo ha hecho muy bien.
Yo creo que equivocas en algo con el concepto de Apocalipsis, ya que se pueden jugar batallas a 3.000 puntos por bando, y salen pero que muy resultonas. Y esos puntos dan para una máquina de guerra sencillita y un ejército modesto. Pero te lo pasas pipa y en unas horitas la cosa se ha despachado.
Lo que es curioso es que creéis firmemente que los jugadores de partidas de 1500-1850-2000 ya no podrán seguir jugando como lo hacían hasta ahora.
ResponderEliminarTal como hacéis vosotros, se establecerán unas reglas de la casa y a correr. En torneos serán los organizadores los que dicten esas reglas y a correr...
No os preocupéis tanto por ese sector de jugadores, disfrutad de vuestro Apocalipsis, que el resto ya hará lo suyo para disfrutar con el sistema que elijan.
Y ojo, que yo juego partidas de 500, de 1500-1850-2000, torneos y de vez en cuando apocalipsis.
Un saludete!!!
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EliminarHombre, es un artículo de opinión, aun cuando el Sr. Narkas haya mandado el 40K clásico hace ya tiempo a la m... No ha sido el único.
EliminarEl asunto es que el Apocalipsis agrupaba a cuatro gatos, y es fácil ponerse acuerdo. El problema es que eso va a ser más complejo en el 40K convencional. Los jugadores tendrán primero que ponerse de acuerdo en ciertas cosas, incluso para las pachangas. Y si no hay acuerdo, pues tendrán que ir cada uno por su lado. Eso antes no pasaba.
Me ha encantado dos frases de Pablo Moya a este tenor, ambas en un foro de Fb: ""No no, yo ya no me meto en oficialidades porque me la suda. Lo comento porque me resulta hilarante que en dos días dos partes de la empresa sugieran dos cosas completamente opuestas. ... ... ... Efectivamente, han roto tanto la dinámica que han conseguido que estemos de acuerdo en algo, lo oficial no existe fuera de cada grupo de juego. Si en tus eventos dejas FW y me gusta iré, si en los míos no lo dejo y te gusta vendrás. Y punto.""
Queda muy claro el modo y de qué manera han de encarar este tema los jugadores de 40K. Pero tiene "güevos" el asunto, que los propios jugadores tengan que desviar energías y perder su tiempo en legislar estas cosas absurdas. Y son absurdas por innecesarias. ¡Hay que joderse!.
Buenas a todos.
ResponderEliminarYo lo que sigo viendo en lo referente a este tema, es que es necesario dividir completamente las dos vertientes del juego del 40K que para mi , es el gran punto de inflexión entre apocalipsis y 40K, el tema "pachanga divertida entre colegas" y "Torneos competitivos". Entiendo y en parte comparto ciertos puntos que ha expuesto Narkas, pero también creo que es demasiado tajante como buen inquisidor que es, claro esta, no se puede esperar menos :) Yo, personalmente, deje de participar en torneos hace ya algún tiempo en Málaga porque soy jugador "de trasfondo" y claro, en torneos es muy muy complicado estar a primer nivel con listas que no estén afiladas como las navajas de Albacete o mis cuchillos Santoku cerámicos. El resultado ha sido que solo juego entre amigos (que no conocidos) y sin "competición" eso no quita que siempre quiera ganar jejeje. Con esto lo que quiero decir que a nosotros las chupi reglas de las reglas de la regla nueva que saca GW by the face, nos la pasamos por el arco del triunfo para que siga siendo jugable las partidas estándar de toda la vida. Y si se pacta Manuel, al menos nosotros lo hacemos en función de meter o no meter personajes especiales, usar o no forge, y todo previo a partida y no de ahora sino desde hace mil ... Otro cantar son los torneos, ahí los que mandan son los que organizan, y no hay debate alguno pues si te parecen bien las normas entras a jugar, y sino ... pues como yo hago no voy y punto. Por cierto, me encanta apocalipsis jejeje pero no solo por la libertad sino también xq permite que pueda desplegar toda mi compañía de GI ;D bueno, no doy mas la lata, saludos a todos y no perdáis el espíritu, sigo abogando porque el 40K en todas sus vertientes es nuestro, de los jugadores que somos los últimos responsables de como se dinamiza o no las partidas.
FELICES FIESTAS A TOD@S
Completamente de acuerdo. Lo que se trata es de eso: diferencias el 40K convencional, los torneos, y las partidas de grandes masas, tipo Apocalipsis. Cuando se juntan las churras con las merinas la cosa no sale bien. Por supuesto que juego para ganar, pero por encima de todo, para divertirme.
EliminarEn Febrero me instalo en Málaga. Espero que podamos conocernos e intercambiar impresiones en persona.