Ahora sí, metidos en harina...
Antes
de comenzar, quiero daros las gracias a aquellos que dejaron sus comentarios y críticas
a mi anterior artículo. Me resultan muy valiosas. Y visto lo visto, continuaré
éste al hilo de algunos de vuestros comentarios: "voy a iniciarme en
Apocalipsis".
Quiero
aclarar que una batalla de Apocalipsis puede jugarse a partir de 3.000 o 4.000
puntos, y disfrutar. Obviamente no tendrá la variedad y emoción de una buena
batalla, donde cada jugador planta sus 10.000 puntos o más en el tablero. Pero
servirá para eso que ya hemos mencionado: forjar el nombre de la Compañía.
Haré un
inciso: yo comencé con la mía hace algo más de dos décadas. La "Nona Atrociter" de los Lobos
Espaciales. Ciertamente ahora debería llamarse de otro modo, dentro de
contexto, algo así como "Garra Audaz" o "Colmillo de
Venganza", pero en aquellos entonces solo estaba el Rogue Trader como referencia, no existían aun los códex de ejércitos, y no había un
trasfondo orientativo. Y aun así, me he negado a cambiar su nombre, sigue
siendo la Novena Compañía "La más Atroz" (en su acepción "la más
terrible", "la más aterradora"). La Compañía ha crecido hasta
las 150 miniaturas con todo su parque móvil.
Luego
llegó la Inquisición, aprovechando las maravillas que sacaba Forgeworld, e incluso antes de que se
elaborara el primer códex de
Cazadores de Demonios comencé a pergeñar una Compañía de Caballeros Grises al
mando de un Lord Inquisidor (el que suscribe estas líneas).
La
forja de estos ejércitos ha sido a costa de muchas bajas, éxitos, e incluso
derrotas aplastantes. Hemos vivido momentos épicos, de enorme sacrificio, pero
también de venganza, aplastando a nuestros enemigos, y haciendo crecer aun más
la leyenda (ojo, que digo "leyenda", no "gloria").
Es vuestro turno.
No se
puede hablar de un ejército de Apocalipsis con tan solo 2.000 puntos de
ejército. Para eso hará falta "algo más". Lo bueno es que cualquier
unidad es bienvenida, prácticamente no hay tropas inútiles, ni siquiera para
morir miserablemente, pues mientras unos reciben el fuego enemigo, los demás
avanzan hacia éste. Cada miniatura cuenta. Cada vida es válida.
Pero
además de la fiel infantería, necesitareis vehículos. La vida media de un
marine en Apocalipsis es de batalla y media. Comprobado. La de un Guardia
Imperial es incluso menor a una batalla (caen como chinches aunque su número
parezca no menguar). Enseguida
aprenderás que las tropas que no vayan enlatadas o bien emplazadas en una
cobertura son especialmente vulnerables. Y por mucho que te ampares en sus
magníficas armaduras e incluso ese 5 o más invulnerable, comprobarás que tu
oponente te levantará en peso 30 minis de esas de un solo cañonazo con arma D.
El
record lo tiene un amigo que tuvo una tirada exitosa derribando un titán
Warhound. Tuvo suerte en el radio de la explosión, y prácticamente barrió todo
lo que había a 60cm de distancia. Fue trágico ver como en una circunferencia de
120 cm de diámetro no había quedado nada, pero nos partimos de risa todos.
Conclusión:
sin una máquina de guerra entre tus filas, tus opciones son pocas,
especialmente si tu oponente cuenta con una. Y si además de una máquina de
guerra tienes una o más armas D, aun mejor.
De
entre mis dos preferencias para comenzar, la primera es el versátil Warhound.
Es rápido, dispone de una panoplia de armas terrible, y equipado con dos
turbo-láser se convierte en un asesino
de máquinas de guerra y todo tipo de tropa. Tu megapollomachomán con su
supertirada de salvación y poderes de agárrate y no te menees va a quedar
reducido a pura carbonilla cuando le impacte un arma D (su única posibilidad es
que el oponente saque un 1 para impactarle, y aun así cabe la posibilidad de
que la palme del todo).
Mi otra
preferencia es el Baneblade (o su primo, el Hellhammer). La capacidad de fuego
de este tanque es semejante a un crupier en un casino. Va a repartir a todo el
que tenga por delante, pudiendo escoger nada menos que a 7 objetivos distintos
(8 si le equipamos con un arma en afuste exterior).
Ambas
unidades tienen un valor en puntos asumible para un ejército modesto, y a
cambio es mucho el apoyo que ofrecen. Por otro lado, son valiosísimos para
absorber el fuego enemigo mientras tus propias unidades avanzan más o menos
indemnes. Pero recuerda, una explosión de estas máquinas de guerra puede limpiar
buena parte de tu ejército (y del oponente). Las risas están aseguradas.
Para
los más perversos y con ganas de reir, sugiero también un Malcador Infernus.
Tiene solo 6 puntos de armazón, pero se va a internar entre las filas enemigas
a toda pastilla disparando su letal cañón infierno como si de un Hellhound se
tratara (¡y la plantilla hellstorm
actual no es una broma!). Con una salvedad: tiene un +2 a la tabla de daños
propios, de modo que es muy probable que reviente en mil pedazos si es
destruido. Imaginaos los destrozos que puede hacer a los pérfidos enemigos del
Imperio (aunque ahora que caigo, también puede usarlo un ejército del Caos)...
Las
risas están aseguradas.
El
Escorpión de Bronce y el Gran Escorpión de Bronce, ambos del Caos, también
gastan ese tipo de bromas, y su coste en puntos es bastante asumible.
Los
eldar, a su vez, disponen de joyitas como el titán Aparecido o el Lynx (éste
último no es más que un arma D propulsada).
Baste
como avance. Otro día me centraré en estos trastos...
La Compañía crece.
Esta es
la oportunidad para forjar la leyenda. Pero mi sugerencia es que empecéis por
el principio. Podéis usar el perfil de un típico Señor de la Guerra, o incluso
el de un capitán, ponerle el nombre que hayáis escogido, y a medida que halláis
jugado batallas ir subiéndolo de rango.
Eso fue
lo que le pasó a Indibil, un sargento de Garras Sangrientas que en una campaña
de 6 batallas, logró eliminar a ocho líctores tiránidos. Desde entonces, su
escuadra de asalto lleva una marca de color púrpura en su armadura, e Indibil
fue inmediatamente ascendido. Al día de hoy es el Comandante de la Compañía "Nona Atrociter", y ya viste
armadura de exterminador.
Con el
tiempo, vuestro personaje cobrará un carisma especial, y será merecedor de un
perfil propio y habilidades especiales. Mi sugerencia es que consensuéis ese
perfil con vuestros compañeros habituales de batalla, porque de este modo
podréis utilizarlo cada vez que quedéis para jugar.
De
hecho, el que suscribe estas líneas, ha tenido hasta tres perfiles distintos, a
medida que ha crecido en poderío, mala leche, y alitosis. Y de hecho cada uno
de sus perfiles ha sido elaborado por otros, de modo que sean los demás quienes
juzguen y valoren su dignidad.
Para
alguna escuadra de vuestro interés puede aplicarse una regla que diseñé hace
algún tiempo, y que hemos aplicado en un par de ocasiones. Se llamaba "Henos ahí de nuevo", y
consistía en que después de jugar una gran batalla los jugadores participantes
votaban para mejorar a la unidad más destacable de la batalla. Lo de menos era
la habilidad adicional, sino el hecho de haber sido escogida.
Eso es
"entrar en la leyenda"...
Porque,
sinceramente, no me importa gran cosa tener medallas y trofeos de diferentes
concursos o torneos. Pero sí que mis oponentes me respeten, y que cuando mi
caballería loba aparece en escena rememoren la carnicería que hicieron años
atrás, y que cuando el Gran Inquisidor desembarque de su Land raider se hagan
una idea de lo poco acertados que han estado poniendo delante a tal o cual
unidad.
Eso es
"continuar la leyenda". Y eso no solo me satisface a mí. También
satisface a mis compañeros de juego.
Bien
grabado tengo los nombres de Smarlack, un Señor del Caos duro como una roca (y
asesino de mi mentor, el Lord Inquisidor Diego Jiménez de Cisneros, a quien el
Emperador acoja en su Gracia). Tampoco se me olvidará Karlogg 'Kemakaucho' un
Señor de la Guerra orco y su banda de motoristas que aniquilaron 10 paladines
de los Caballeros Grises -entre otras muchas unidades- sin recibir un solo rasguño.
El Grupo de juego.
Como ya
he dicho antes, integrarse en un grupo de habituales es lo más importante. Esto
facilita las quedadas, el establecimiento de reglas caseras, las "Reglas
del Grupo" (si queréis, puedo pasaros las de mi Grupo, por si eso os
orienta), y lo que es más importante, ayuda a engranar los distintos ejércitos
para conformar un bando.
Y esta
es una de las claves de Apocalipsis: el que quiera ir de "sobrao"
perderá. El que crea que no necesita a sus compañeros y él solito puede dar
estopa al resto, acabará convertido en una hamburguesa maloliente, pasto de
cuervos y gusanos.
Si
cinco jugadores de un mismo bando plantean la batalla como cinco ejércitos
diferentes unidos entre sí para vencer a un enemigo común... sencillamente no
lo vencerán. No lo vencerán si el enemigo ha engranado sus fuerzas, conformando
un único ejército aunque esté formado por razas y unidades muy distintas, de
tal modo que cada uno de los jugadores tenga asignada una tarea en la batalla:
cubrir la retaguardia, hacer de muralla frente al enemigo, conquistar
objetivos, proteger las máquinas de guerra, eliminar las suyas, etc.
Así
pues, mi primer consejo es "sé consciente de tus limitaciones, que son
muchas". Tú sólo no puedes hacerlo todo. El Grupo sí que puede.
Una
pequeña advertencia para aquellos que se inician en Apocalipsis: es más que
posible que los veteranos busquen tus tropas en el punto de mira y quieran brindarte
la oportunidad de un "Bautismo de Fuego", o lo que es lo mismo,
volarte 20 minis de un cañonazo solo para ver qué cara se te queda. Y
probablemente haya complicidad incluso con los veteranos de tu propio bando.
¿Por qué?. Porque es divertido. Y aquí la diversión prima sobre lo demás.
El lugar de juego.
Quizá
sea éste el mayor de los problemas. Es verdad que a veces he llegado a jugar en
el suelo, en el salón de casa, pero es cansado, incómodo, y con grave riesgo de
poner un pié o un codo sobre una miniatura.
Aquel
que viva en una vivienda con un garaje más o menos decente, tendrá que hacer el
sacrificio, y guardar ahí los tableros para montar el campo de batalla. El
largo queda a vuestra discreción (de hasta 6 metros hemos tenido) pero en
cuanto al ancho, mi sugerencia es que sea entre 1'50 y 1'70. Un ancho mayor, significará que cualquier unidad
llegada desde la reserva no tendrá la menor oportunidad de llegar al centro, al
fragor de la batalla. Un tablero de menor ancho será muy incómodo para titanes
y máquinas de guerra, especialmente para aquellas con una distancia mínima de
disparo.
La Convocatoria.
En
contra de lo que algunos podáis opinar, la organización de una batalla de
Apocalipsis no requiere un gran esfuerzo de coordinación o de logística. Basta
comportarse como lo que sois: Un grupo de amigos (¡o es que nunca habéis
quedado para un fiestorro de viernes por la noche!).
El
"organizador" mandará un correo a los demás jugadores, estableciendo
los bandos, los jugadores que integran cada bando (previamente tanteados), el
límite de puntos, y el lugar y hora. Así de fácil. Y eso sin olvidar que todo
el mundo debe aportar unos euros para el avituallamiento (refrescos, cerveza,
patatas fritas, etc). Porque luchar en el milenio cuadragésimo primero es
cansadísimo, y hay que reponer fuerzas cada dos por tres, y el "pásame los
gusanitos" comporta tanta camaradería como el "¡dispara a ese
príncipe demonio, que me está machacando vivo!".
Y esto
es lo mejor del Apocalipsis: Se hacen amigos. Se hacen ejércitos. Ganas una
historia, y ellos entran en tu leyenda como tú en la de ellos.
Seguimos
otro día...
K.
Narkas.
Ver volar por los aires un Titan es algo grandioso, el problema es cuando dices bueno solo me queda un tiro de una lanza brillante, no creo que le haga mucho al Titan......... "Explosion Apocaliptica" adiós ejercito de tu colega que estaba justo detrás del Titan para darte apoyo (Historia verídica de como reventé a mi primer Titan)
ResponderEliminarP.D: K.Narkas estaba en esa batalla.
A Octavio le han reventado ya en dos ocasiones un Scorpion de un solo disparo, llevándose por delante "casi de todo". Y el récord de carnicerías está en una "manada" de Angeles Sangrientos de la Compañía de la Muerte. Eran 40 minis en plan apisonadora. Entonces llegó un Marauder destroyer, dejó caer sus bombas... y no quedó ni una. Así, en un "kabooommm".
EliminarNuestros gritos de asombro y risas se debieron escuchar a varios kilómetros a la redonda, como la berrea del alce noruego. A Jose Antonio le dimos nuestro más sincero pésame entre bromas y chistes malos.
Y yo que suponía que tener un titan en tus filas te daba muchas opciones de ganar, veo que es un arma de doble filo.
EliminarPues no veas la que puede liar un warlord cuando peta... Despues de eso solo queda sentarse y echar unas cervezas.
EliminarMuy buenas!!!
ResponderEliminarEs un placer leerte, la verdad.
Mi hermano y y hemos hecho un proposito de pintar nuestros ejercitos para que se bauticen en su primaera partida de Apocalipsis, que esperamos que sea antes de Navidades.
De nuevo gran articulo de Narkas que hace que a todos nos pique el gusanillo de jugar a APOCALECHESSSSSSS...... :P
Saludos a todos.
Seria interesante publicar en Dies Irae una nueva temática bajo el título 'Ejércitos de Apocalipsis'.
EliminarHabrá que propornerselo a Narkas, a ver que tal le parece.
EliminarSimplemente de acuerdo con todo. Es que no se te puede rebatir nada!
ResponderEliminarSea como sea, el "forjar una leyenda" siempre lo hemos pensado todos, y que mejor manera de hacerlo que echando unas risas con los amigos mientras matas gentuza a disparos, es lo más mejor!!
Dios ojalá me den libre en septiembre xD
Ojalá te lo den. Te ibas a divertir aquí como munca. Eso sí, sin olvidarte del desodorante, porque un fin de semana con veintipico tíos jugando y durmiendo en el mismo local puede acabar creando tufillo a nurgle...
EliminarLo se lo se, ya he jugado con vosotros y fue la hostia de divertido, lo que pasa que el trabajo manda y estando en restaurante el finde es lo más importante...
EliminarLo de forjar una leyenda me recuerda al grupo de rol que nos reunimos hace ya bastante. Y nuestros personajes tras ir subiendo de niveles años, historias personales, grupales y todo tipo de correrías eran parte nuestra. Era cuando si mi personaje corria peligro yo sentía ese peligro. Si mi personaje perdia su status, tu orgullo también se veía doblegado. Sin duda es una epoca que recuerdo muy divertida y apasionante.
ResponderEliminarMe encantaría hacer algo similar y creo que el marco de apocalipsis es el mas indicado.
Cierto. Al final uno acaba siendo en parte su propio personaje. Es como un 'alter ego'.
EliminarCreo que apocalipsis es la verdadera esencia del 40k donde "solo hay guerra" y que te permite jugar con las unidades que más te gustan porque al jugar a tantos puntos hay espacio para todo.
ResponderEliminarTenía ganas de jugar partidas de apocalipsis y por eso compré el suplemento. Pero al leer los dos post me ha entrado verdadera ilusión por empezar a jugar jejeje
Muchas gracias!
¿Vives lejos de Murcia?
Eliminar