Agradezco vuestra
atención a mi anterior artículo. Y agradezco aun más los numerosos comentarios
suscitados en otros blogs (sorprendido, de veras).
Hay gente que casi se
rasga las vestiduras por mis comentarios de que el Códex de Inquisición no
aporta nada nuevo. Y no caen en la cuenta de que me refiero a Apocalipsis. Es
más, solo puedo hablar de este sistema de juego porque desde que salió, hace ya
unos cuantos añitos, el que suscribe estas líneas NO ha vuelto a jugar al
convencional Warhammer 40000. El porqué no está en los ejércitos ni en los
cacharritos de Forgeworld, sino en el propio sistema de juego y el modo en que
se armonizan ejércitos y bandos, especialmente eso último: los bandos. Si
alguien tiene dudas es porque no ha leído aun el primero de mis artículos ni
los que le han seguido. Lástima (pero aun está a tiempo de leerlos).
También he de decir que
cuando expreso mis opiniones aquí, lo hago con un doble propósito: no
descalificar a nadie (ni siquiera a esos eldar perros traidores, hijos de quien
sabe qué), y menos aún sentar doctrina. Yo no hablo "ex catedra", y
todas mis opiniones pueden ser rebatidas y discutidas, pero eso sí, de ningún
modo pueden ser negadas. No es jactancia, pero lo que digo se basa en algo
simple: experiencia en las megabatallas de Apocalipsis, a razón de una cada
tres meses desde que salió su Reglamento, con una duración media de 12 horas
por batalla, y aun muchísimas horas más de quedadas con los amigos para
concretar táctica y estrategia. Y no solo es mi experiencia, sino también la
del grupo de jugadores que solemos quedar, a veces unos y a veces otros, pero
que venimos a ser como una docena.
Así pues, mis opiniones
no acaban de ser mías, sino de Fuenteovejuna, de todos un poco, porque después
de cada batalla siempre hemos tenido una tertulia para comentar lo bueno y lo
malo de nuestras unidades y de nuestra estrategia. Es así como hemos ido
perfilando listas y separando el grano de la paja y “matando” a miles de buenos
soldados. Y esa es la palabra: “miles”.
Lo cierto es que ahora
toooodo el mundo se chupa los dedos con el Códex de Inquisición, asegurando que
es buenísimo de la muerte porque permite reclutar tropa bien armada y barata,
todos puntuando, y puede usar algunas de sus ventajas: neutralizar los
infiltradores enemigos, y añadir la regla Exploradores incluso a un land
raider. Y el nombre que suena incesantemente es el de mi colega Torquemada
Coteaz, como si no hubiera otro Inquisidor en la tierra.
Coteaz no funciona igual
de bien en Apocalipsis. Las reglas individuales de este tipo de personajes que
afectan a todo el tablero o a todo un bando, directamente se desestiman. Otro
tipo de reglas en los códex referidas a “todo el ejército” o “todo el tablero”
ya fueron incluso contestadas por GW-Apocalipsis diciendo que se constreñía a
un área de 120cm, y no a todo el tablero. Lógico y normal. De ninguna manera un
personaje le va a robar la iniciativa a otro, porque sus tropas no van a
lanzarse a la batalla al grito de “adelante” señalando con el dedo. En un campo
de Apocalipsis, de 1’70 x 5 metros de largo, el 80 por ciento del ejército no
ve a su líder, y eso cuando no están en la quinta leche. Además, en Apocalipsis
puntúa hasta el tato, incluso los vehículos, por lo que da lo mismo que lo mismo
da si Coteaz convierte al séquito en línea o los convierte al budismo. Tampoco
hay slots, ni límites en la composición de los ejércitos. Su regla de "Te
estaba Esperando” no está mal en un tablero convencional, pero en Apocalipsis
viene a ser un poco escaso, está bien pero no es para tirar cohetes. Hay
opciones mejores. De veras que las hay.
Los servocráneos no
están mal, cierto, pero no los hemos usado nunca precisamente por innecesarios.
En realidad, en las muchas batallas que he librado los infiltradores han sido
pocos, muy pocos, y su colocación no ha sido decisiva, precisamente porque en
un tablero de Apocalipsis da igual si pones 20 cráneos. Queda mucho tablero aun,
y en realidad esa tarea la cumple mejor todavía la carne de cañón: la guardia
imperial.
En cuanto al
servoterror, tiene unas armas algo tasaditas. Lo siento, pero es verdad. Un
servoterror es criatura monstruosa, lo que significa que cualquier arma D que
se lo calce lo elimina directamente. Cuesta 130 puntos “a pelo”, y si le equipo
con un cañón psi pesado y un gatling la cosa se me sube a los 205 puntos (habida
cuenta de que el alcance de sus armas es de 60 cochinos centímetros). Son
demasiados puntos demasiado vulnerables demasiado estáticos. Si lo equipo con
un teleportador la cosa cambia, pero entonces la broma se sube a los 280
puntos. Por ese coste en puntos me pillo un land raider bien equipado, que es
letal abatiendo tropa o vehículos, y aguanta mejor que nadie los cañonazos. Por
otro lado, un dread normalito (que también tiene HP4) equipado con un cañón de
asalto, munición psíquica (+1F) y un lanzamisiles es casi igual de práctico
para abatir tropa o reventar vehículos, pero cuesta solo 135 puntos, y además
lo puedo transportar en cañoneras, o cápsulas de desembarco, dejándolos caer donde
me dé la realísima gana. Eso sí que es optimizar el coste de una mini. Y lo que
es mejor, que al ser un vehículo –y no un personaje o una criatura monstruosa-
tiene más opciones de sobrevivir al impacto de un arma D.
Yo rara vez llevo
séquito. La razón es muy sencilla: mi ejército no está diseñado para cumplir
con varias funciones. El séquito con bolter está de más cuando en mi trasero
tengo a un centenar de guardias imperiales con sus modestos rifles láser… pero que
con sus comunicadores pueden recibir órdenes que dan miedo. Y donde estén 20
guardias imperiales haciendo “primera línea fuego, segunda línea fuego” o
“derribadlo”, que se quiten 20 acólitos con bolter.
En Apocalipsis no ganan
los ejércitos heterogéneos. Esa es mi experiencia. Ganan los ejércitos
compactos. La victoria es casi siempre para el bando con los jugadores mejor
coordinados, haciendo que cada uno de sus ejércitos cumpla con su tarea. Por
eso, jamás he visto unidades de devastadores o de armas pesadas entre los
Ángeles Sangrientos (eso queda para la guardia imperial), y es muy corriente
que a medida que los caballeros grises o los ángeles sangrientos rompen la
línea del enemigo, tengamos que berrearle a Jorge (su ejército de 20.000 puntos
de guardia imperial quita el hipo) “¡tío, cárgate a ese tanque, que me está
friendo el culo!” o “¡quítame de delante esa unidad de arrasadores!”. Y Jorge,
la mar de cumplidor, apunta hacia allí su docena de basilisk, o sus 8
vendettas, y vaya si cumple con su tarea. Por supuesto que todos esos trastos
están fuertemente defendidos no tanto por la propia guardia imperial, sino por
varios destacamentos de marines, para asegurarse de que una herramienta tan
eficaz para el avance de nuestras tropas va a seguir resultando efectiva hasta
el final de la batalla. Esta situación es ciertamente realista si lo
extrapolamos a una batalla auténtica.
Pensad igualmente que
las distancias en Apocalipsis son grandes, muy grandes; un error de despliegue
o la falta de cálculo a la hora de situar una unidad puede significar que ni va
a entrar en combate ni va a gastar un solo cartucho en toda la partida (puntos
de ejército desperdiciados). Y esa también es otra: o se optimizan los puntos o
el enemigo te aplasta, y en Apocalipsis sucede que hay muchos enemigos y suelen
estar por todas partes. Eso también significa que, con tanta miniatura, es raro
jugar más de cuatro turnos, así que olvídate de planes y movimientos a partir
del tercer turno. Es más, lo normal es que al tercer turno la batalla ya esté
sentenciada, aunque no sería la primera vez que hemos ganado “in extremis”, en
el último movimiento del último turno.
Por lo demás, como dije
antes, el nuevo códex de la Inquisición se me hizo novedoso al principio de su
lectura, pero acabó resultándome incongruente, inconexo, y pretencioso. Habla
de muchos inquisidores pero solo proporciona el perfil de dos (?), me habla de
los muchos Ordos que tiene asociados pero no entra en ninguno de ellos. Los
asesinos imperiales siguen siendo patéticos, y parece que la Inquisición, la
Sagrada Inquisición, se ha reducido a la culodurada de meter a Coteaz con una
veintena de desharrapados (eso sí, con bolter) y un chimera con bólteres
pesados, todos ellos como aliados desesperados de los eldar o los necrones.
Creo que hasta los sacan ya como aliados de los “clics de famovil”.
Pues vale, muy bien, me
alegro.
Pero yo no participo de
esas cosas. No es el juego al que juego, ni es la filosofía que he sugerido en
mis dieciséis artículos anteriores. No es mejor que otras, pero tan respetable
como las demás.
Khoubal Narkas
Pensamiento del Día: "Para un traidor, cualquier juicio está
de más."
Cuando la verdad es tan redundante, no hace falta mas que sabias palabras bien dirigidas para acallar al mas gallardo. Soy nuevo en esto, a pesar de que hace ya casi 6 años que empece en esto del W40k, no me lo he tomado en serio asta ahora, y por supuesto unicamente en el clasico, pero creo que es hora de ampliar horizontes con el Apocalipsis. Buen trabajo y sigue asi que somos muchos los que te leemos.
ResponderEliminarGracias, se lo diré a Narkas.
Eliminarme encantan estos articulos, larga vida a Malal
ResponderEliminarA Narkas le va a gustar ese saludo...
Eliminar