21 octubre 2013

Cañoneras en Apocalipsis

Stormeagle de los Salamandras


Agradezco vuestra atención a mi anterior artículo.

Aquí hablaré inicialmente de las cañoneras menores, las de tamaño estándar. Las dos primas mayores las veremos en otra entrada.


La Stormraven, el utilitario de los cielos: Aun recuerdo la primera vez que leí las reglas de la stormraven en el códex para Angeles Sangrientos. Se me cayeron las babas. Y así durante semanas. Y entonces salió el rumor de que en el futuro códex de Caballeros Grises las stormraven iban a ser como un monovolumen para ese Capítulo, o sea, que lo mismo te valía para un roto que para un descosido: Transporta 12 miniaturas, y además un dreadnought, y dispone de una panoplia de armas que igual la convierten en una cazadora de tanques que de tropa. Y eso por no hablar de los misiles de psicoasalto, que cuando impactan en un psíquico le hacen sufrir los peligros de la disformidad (¡menuda risa cuando eso se lo lanzo a un príncipe demonio o a un gran vidente eldar!).




La estrategia era clara entonces: salías de la reserva, preferiblemente con una marcha por el flanco, disparabas tus armas para abrir claros, y desembarcabas tus fantásticos caballeros grises para arrear tortas. Y eso con un dread atrás, de apoyo, por si todavía quedaba algún bicho malo y gordo que rematar. Genial. Normal. Y que viva el Emperador.

Pero ahora se confabulan los hados para que esta estrategia se vaya a tomar viento. Primero, porque ya no puedes cargar viniendo desde la reserva. Segundo, porque si el enemigo se entera de que ese abejorro va nutrido de caballeros grises, no llega el pobre al segundo turno ni de coña. Que le cae la del pulpo, vaya, y le iban a disparar hasta con escupitajos. Tercero, porque la ventaja estratégica de “marcha por el flanco” ya no se aplica al ejército del jugador que la escoge sino a una única unidad (o formación) de ese jugador.

Si a eso añadimos la actual fragilidad de los vehículos, abatibles incluso a base de impactos superficiales, llegamos a la conclusión de que una cañonera stormraven debería dedicarse más a las tareas de cañonera, y dejar el tema de los transportes a los venerables land raiders, con los que se tiene algo más y mejor oportunidad de llegar al frente. Y ojo, porque en un tablero de Apocalipsis eso de llegar al frente no es un asunto baladí, especialmente para esos de vanguardia, ya sea porque son especialistas en cuerpo a cuerpo o porque sus armas tienen muy corto alcance.

Asumí entonces que la stormraven se quedaría para abatir infantería a mansalva, gracias a sus bolteres huracán, bolter pesado al frente, y cañones de asalto en la torreta. Si a esa receta le añadimos esa gozada de munición psíquica (sí, vale, exclusiva de la muy Santa y Justísima Inquisición) que coniere +1F a todas esas armas, pues ya para qué contar… colocada entre una masa nutrida de infantería enemiga puede hacer estragos (y los hace). La otra versión es dotarla con cañones láser en la torreta y un cañón de fusión en el morro. Efectivamente, dos cacharritos de esos pueden volar en pedazos un tanque superpesado y optimizar sus puntos.

Pero aun así, me sigue quedando cierta desazón en el cuerpo. Porque estoy pagando un coste alto por un vehículo que tiene entre sus reglas la capacidad de transporte, cuando en realidad y a efectos prácticos no puede –no debe- transportar ni un paquete urgente.

La Stormtalon, chiquita pero matona: Algo mejor se me quedó el cuerpo cuando salió en escena la stormtalon. ¡Menuda joya!. Un coste en puntos equilibrado, una panoplia de armas bien grande y curiosona para asignarle casi cualquier tipo de misiones (y sin el “casi”), porque lo mismo elimina tropa que vehículos, o abatir aeronaves enemigas. Tiene como punto flaco si muy grande fragilidad, pero también he comprobado que los escuadrones de dos o tres (mejor tres que dos) hacen estragos si emprenden una acción conjunta, o incluso complementaria, tal como que dos de ellas se encarguen de reventar un vehículo de transporte (no, un land raider no) y la tercera se encargue de dar matarile a la tropa que desembarca.




La stormtalon tiene otro inconveniente, o al menos en apariencia: no la puede adoptar cualquier capítulo (lo de “en apariencia” es deliberado).

No entiendo que si un capítulo usa la stormraven hasta para comprar la barra diaria de pan, tenga prohibido el uso de las versiones mayores y menores de ese mismo aparato. Es casi ofensivo a su inteligencia, por no hablar de un menosprecio a su poder y fuerza. Y en estos casos de incongruencia (o al menos a mí me lo parece, y nadie me venga ahora con fruslerías de trasfondo) la lógica de esta ilógica apunta a los lógicos intereses comerciales de Games Workshop tratando de favorecer y promocionar las miniaturas o ejércitos que no se venden como los demás. Sigue siendo en definitiva una promoción ilógica, ya que va en perjuicio sinsentido de otros ejércitos, cuando en realidad la lógica debería consistir en una bajada general de precios.

Así pues, a modo de protesta, y siguiendo los dictados de la Santa y Justísima Inquisición (y me refiero a la del Sector Complutum, bajo el férreo mandato de Lord Khoubal Narkas), he incluido dos stormtalon para su ejército inquisitorial, pintadas con los colores de los caballeros grises, y luciendo ambas los signos del Ordo Malleus, faltaría más.

Y aún recuerdo que cuando hice esto me relamí como un gato ante un plato de leche: “bendito Apocalipsis, que te permite mandar a tomar por c… las tonterías de Games Workshop”. Efectivamente, este modo de juego y muy especialmente la composición de los ejércitos son de una libertad pasmosa. Y quiero creer que esa libertad se ajusta al milenio cuadragésimo primero, o cuando menos a la Inquisición en esos entonces, con lemas como “¿Pero de verdad has dudado de que el fin justifica los medios?” o “¡Tú no sabes con quien te juegas los cuartos, bonico mío!”.

 Cañonera de asalto Storm Eagle: Salió poco después de la Stormraven como una versión de ésta última más destinada al transporte de tropas de asalto en vez de cañonera como tal. En su momento prometía mucho, aunque era una “promesa discutible”. Su armamento es bastante bueno, especialmente contra eldar, tau, y bichos de esa ralea. Y su coste de 225 puntos está dentro de lo aceptable.




Ciertamente es una gozada tener un trasto que vuela y en el que caben nada menos que 20 miniaturas, pero tal número de miniaturas por escuadra se da en muy pocos capítulos (Lobos Espaciales y Angeles Sangrientos, por citar a los más inmediatos). Los demás capítulos, y muy especialmente los Caballeros Grises, hemos de ir de 10 en 10. Por otro lado, alguien podría replicar que eso da pie a 10 exterminadores, pero eso aumentaría exponencialmente el riesgo de que caiga abatida, ya que 10 exterminadores en un vehículo de blindaje 13 son muuuuuy jugosos para el enemigo. También es verdad que tiene 4 puntos de armazón, pero sigue sin ser suficiente para proteger a sus pasajeros.

“Mejor 2 stormraven con 5 termis cada una que una storm Eagle con 10”, era el comentario. Y en Apocalipsis, donde el fuego cruzado con armas de todo tipo está a la orden del día (o del minuto), la storm Eagle se me antoja algo pretenciosa sin llegar a ser práctica. La puntilla se la dio la sexta edición de Warhammer 40.000, prohibiendo el desembarco a aquellos vehículos llegados de la reserva. Y ni veinte mil palabras más: sencillamente no compensa su capacidad de transporte con lo que pueden hacer los transportados, y muy especialmente si transporta una unidad grande y cara, convirtiendo el turno en el que salgo en un atractivo para el turno enemigo (que bien podríamos titular “a la caza del pato”). Va a ser que no.

La misma opinión tengo para la “Storm Eagle Roc Pattern”. Aunque sacrifica capacidad de transporte (14 miniaturas) por algo más de capacidad de fuego, no compensa los 295 costosísimos puntos que vale. Quizá en el fondo no sea tan cara para lo que hace, pero hay mejores opciones por un coste menor.

Cañonera Fire Raptor, “¡ahí es ná!”: Es la nueva estrella, también la más reciente. Y esta me gusta a rabiar.




Cuesta 220 puntos, y tiene 4 puntos de armazón. No tiene capacidad de transporte, y en su lugar lleva un cañón avenguer en el morro (36” F6 FP3, pesada 7), 4 misiles hellstrike, y dos torretas laterales que pueden designar objetivos independientes, cada una de ellas equipada con un quad de bolteres pesados, o sea, que tiro 6 dados y repito para impactar. Una gozada. Es más, el Imperio puede reemplazar los bolteres pesados por cañones automáticos. Y los Angeles Sangrientos pueden reemplazar la munición de los lanzamisiles por otro tipo de munición que en realidad deja el terreno sembrado de balizas para ser usadas por cualquier unidad con la regla “descenso de los ángeles”, que no se dispersarán a 6” de éstos. Si a eso le añadimos que los Angeles Sangrientos pueden tomar la ventaja estratégica “Sangre desde los Cielos” (pag. 256 del Reglamento de Apocalipsis), entonces ya la hemos acabado de liar.

O no, no hemos acabado aun, porque las torretas laterales son independientes, y pueden designar blancos distintos de los del resto de la nave que, por cierto, tiene “espíritu máquina”, y por tanto también puede designar blanco independiente. Este vehículo es una gozada en Apocalipsis. Lo tiene todo: buen coste en puntos, buena resistencia (13) con 4 puntos de armazón, buena panoplia de armas, y pudiendo además disparar contra 4 objetivos diferentes. Incluso como detalle trasfondístico te obliga a que cada destacamento de Fire Raptors incluya (transportado) un “Custodio de la Reliquia”, que no es otro más que un “maestro de la forja” en el caso de los marines convencionales, o un sacerdote rúnico en el caso de los Lobos Espaciales.

Pienso tomarme mi próxima cerveza a la salud del Ordo Mechanicus.

La parte mala no viene del Mechanicus, sino del Gamesguorsopus. Efectivamente, esta nave la puede llevar cualquier capítulo de los marines espaciales, excepto los Caballeros Grises. ¿Y por qué? Pues porque su Sagrado Nombre no figura en el listado, y todos los demás sí. Creo que lo han hecho deliberadamente por jorobarme, pero no les va a servir de nada, porque me pienso pillar al menos una para mi ejército de Inquisición. ¿Que por qué? Pues porque nuevamente paso de los conceptos comerciales de Games Workshop; porque ese juguete entra la mar de bien en el trasfondo de mis Caballeros Grises; porque en mi Códex también hay tecnomarines con servo-arneses de tamaño industrial, y además psíquicos; y porque si un Lord Inquisidor pega un telefonazo al Mechanicus y les dice “quiero una y urgente, o mejor pon dos”, no creo que éstos le vayan a poner pegas.

Y si me las ponen será porque no saben lo que se juegan.

No iba a ser la primera vez -ni la última- que mando a la porra a esos ineptos de Lenton-Nottingham… perdón, quería decir a los funcionarios de medio pelo, esos que viven en Terra.

Khoubal Narkas


[“Puedo ser indulgente con tu ignorancia, a fin de cuentas puede ser resuelta con el tiempo y la experiencia. Pero no puedo tolerar tu soberbia. Un advenedizo ególatra no puede ser corregido, sino depurado.”   Sentencia de Narkas en el juicio del Inquisidor menor Bantharias]

4 comentarios:

  1. Fantástico análisis de las cañoneras y mejor aun, si es posible, relato!!!
    Perdona si ya has publicado fotos y cosas asi, pero hay fotos de ese ejercito de caballeros grises?¿

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Segun tengo entendido, está acabando de pintar un par de dreads contemptor, y tres jetbikes (una escuadra especial). Y una vez acabado eso, el ejército entero podrá sonreir para la foto.

      Eliminar
  2. me sumo a la petición de fotos de las fuerzas inquisitoriales Malalitas...perdon, del sector Complutum...

    y solo decir que habitualmente no me miro demasiado los precios de las cañoneras de FW...pero la Fire Raptor...por el amor del Bien Supremo, por los cojones de Guilliman!! que pasote de nave!!

    los articulos relacionados con Khoubal Narkas son de lo mejor hoy en dia para pasar el rato!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...